La historia que os paso a relatar a continuación es digna de ser contada, porque quizá sea uno de los hechos más inauditos que presencié en mis cinco años de experiencia con este juego. Mas antes de ir al quid de la cuestión, he de poneros en antecedentes, porque éstos son muy necesarios para (no) entender la trama.
En la temporada 2006-2007 afrontaba la segunda temporada del
Isla Cristina en Primera en toda su historia. En aquella temporada llegaron grandes jugadores que harían historia en el club isleño, como
Javi Rodríguez,
Francisco Sosa (regen del
Caudal Deportivo Mieres, máximo goleador de la historia del Isla Cristina con 452 goles en liga y 679 en total con el Isla -y todavía tiene 31 años-) o
André Müller (un regen lateral izquierdo del
São Paulo, uno de los fichajes más rentables de esta partida).
Además de estos tres grandes, vino un cuarto jugador que aportaría fortaleza y seguridad a la zaga:
Mourad Benhamida (lástima que sea tan aleatorio en el editor). Por aquel entonces, Benhamida estaba en el
Olympique de Lyon y vivía prácticamente en un ostracismo futbolístico.
Apenas 95.000 euros bastaron para traerlo al Isla, y desde el primer momento opté por darle la titularidad. Como compañero en el centro de la defensa tuvo al mejor tutor posible,
al más grande:
Artur Faranczuk, fichado dos años antes.
Ambos formaron una de las mejores parejas (si no la mejor) de centrales de Europa, con actuaciones excelentes y medias que sobrepasaban con holgura el siete a final de temporada.
Faranczuk se retiró con 35 años, y Benhamida ya era uno de los mejores centrales del mundo en aquel tiempo. A partir de 2009 tuvo como compañero a otro grandísimo central:
Iván Segura, un regen del Real Madrid, el jugador más caro en la historia del Isla Cristina (1.1 millones de euros).
Pasaron las temporadas y el francés no hacía sino afianzar su titularidad indiscutible partido tras partido. Así, llegado el año 2021, vemos que jugó
655 (1) partidos, todos con el Isla, lo que le convierte en uno de los históricos indiscutibles del club.
Pero el año 2021 parece abrir la
caja de Pandora. El jugador manifiesta en abril que desearía acabar su carrera en Francia, porque siente morriña. Hasta ahí no tuve ningún problema y supe comprender el asunto.
Lo que no supe entender tan bien es que manifestara en una noticia que "había encontrado imposible asentarse a España", cuando llevaba casi tres lustros en Isla Cristina.
De todos modos, decidí darle un permiso de un mes (sí, esa opción existe en CM) para que se fuera a Francia y meditara sobre su futuro. Pero algo (o alguien) le influyó de mala manera en su país, porque acabó manifestando con furia su
total animadversión hacia mi persona.
Pasé de ser su descubridor a ser
el villano del cómic. Y todo en un mes: esos treinta días en Francia sirvieron para empañar quince temporadas brillantes en el equipo isleño.
Parece que, finalmente, Mourad Benhamida tomó una decisión casi al comienzo de la temporada 2021-2022:
se quiere retirar. Evidentemente, sus condiciones físicas no son las mismas de antaño. Muy probablemente no jugará ningún partido más con el Isla Cristina, al igual que
Yuri Rodríguez, aunque este último nunca se quejó y siempre guardó fidelidad extrema al club en que ha pasado toda su carrera.
Siempre tiendo a imaginar cosas más allá de la propia partida (algunos me llaman
friki por ello, es lo que tiene...), y quizá en la Isla Cristina virtual de esta partida exista división de opiniones al respecto. Unos pensarán que el francés, más allá de estos últimos acontecimientos, es uno de los más grandes jugadores que vistió jamás la elástica azul y amarilla. Otros, en cambio, sólo se quedarán con lo malo, y lo más suave que le dirán al francés es "desagradecido".
Sinceramente, me hallo dividido ante esta circunstancia: le reconozco al francés su aportación a la historia del club, pero igualmente no puedo olvidar el gran feo que ha hecho, tanto a mi persona como posiblemente a la institución.
CM nos acaba mostrando una vez más, como decía
Mateo Antonio Barberi,
las arcanidades del corazón humano.
